miércoles, 26 de octubre de 2011

LA PRIMERA PREMISA ES LA QUE NO SE NOMBRA


Alguien me dijo alguna vez que la primera premisa es la que no se menciona, al igual que ocurre en la pintura, la escultura o la música, la parte que se intuye, la que se le deja al libre albedrío del lector o del oyente y no se muestra es la que prevalece con más importancia. Algo similar ocurre cuando se transmiten opiniones y más en este monólogo semanal que hace las veces de terapia psiquiátrica llamada “La Garita de Concha Espina”.

Porque en la Primera División se está produciendo un hecho asombroso, sobre el que se merece empezar y terminar cualquier intervención. Pero antes analicemos de menor a mayor importancia la situación de los perseguidores. Por un lado el Barcelona y el Real Madrid, vasos sanguíneos comunicantes en todos los sentidos; emociones, sentimientos, estilo y juego. Nunca los dos están mal, pero tampoco nunca los dos están bien, se mueven en arcenes extremos o por lo menos esa es la percepción siempre. Porque el Real Madrid visitaba al equipo de las "Mil y una noches", un Málaga que resetea su historia creando un nuevo club, llámenle como quieran pero los cuartos lo cambian todo, no tiene porque ser para mejor y para muestra este pitón. La primera parte fue un auténtico vendaval, el Málaga no tuvo resistencia, los centrales generaban inquietud en el equipo propio y alegría en el contrario, mientras que los desbordes pasan a ser pan diario que si se mezclan con esos gramos de contra ataque la cosa pasa a ser absolutamente letal. La primera parte en la Rosaleda es un calco cuatro días después en el Bernabeu, contra el equipo de quienes dicen muchos es el segundo que mejor juega en todo el campeonato. Y en estas está el Villarreal, un equipo ramplón, ordinario y plano que se arrastra por Europa sin ningún tipo de futbolista de referencia, arriba sueltan coces y atrás juegan sin criterio, consiguiendo hechos meritorios como hacer que un árbol corra, véase Khedira. Las segundas partes de ambos partidos fueron similares, la imagen de una especie de hermano mayor que se deja zarandear por el pequeño. En el caso del partido de ayer, súmenle la gracia del entrenador abriendo la puerta al invierno en la meseta con la entrada de Coentrao al campo. Últimos minutos sin Xabi Alonso que dieron la entrada al nihilismo y que recordaban aquellas clases del colegio en las que se va el maestro y todo es jolgorio y descontrol. Sándwich blaugrana por abajo con un FC Barcelona que ha entrado en un estado turbado, el ciclo de balón no es tan rápido como en partidos anteriores y a Lionel Messi le está pesando el hecho de que su carrera con la chamarra albiceleste adquiere tintes dramáticos. Con todo el Barça sigue siendo fiel a las viejas costumbres, no rebaja el setenta por ciento de posesión de balón y la entrada del rival en área contraria es un hecho esporádico propio de página de sucesos. Ronda de rivales andaluces picados en su orgullo. El primero un Sevilla FC que se planta en el Nou Camp pie en pared con un portero magnificado. Dando la vara el entorno culé con penaltis no pitados tuvo que ser un Sr. Varas el que frenase el avance de un penalti más que discutido. El segundo un equipo recién llegado a la farra con un más difícil todavía, la inoperancia rival adormece al Barça y el resultado se queda cortísimo invadiendo las dudas. Aunque el discurso en rueda de prensa del Granada inventándose escusas arbitrales inexistentes, no es el camino a seguir. Para la polémica queda el encontronazo de Cesc con Kanoute. Al parecer Mourinho al igual que el malí le entra la enajenación  mental y sin causa alguna se lanza a por Cesc. El tiento y el temple en el fútbol profesional es un grado, y ni Cesc le escupe un improperio racista ni Kanute dice lo que hiciera, pero lo que está claro es que el "equipo de los buenos valores" le gusta mucho entrar en discurso con futbolistas contrarios tapándose la boca y los rivales deberían saber que todo insulto debe ser respondido con un insulto. La tarjeta roja es justa por tanto.

Y por último el líder, el Levante, equipo periférico que crece a las barbas del Valencia FC. Cuenta con un presupuesto humilde, un estadio plagado de calvas, una afición arrinconada imaginariamente en un suburbio social y de jornaleros del balón. Entre ellos están jugadores muy interesantes, que cuentan con nefastos managers y representantes, Barkero, Kone, Juanlu o Ballesteros. Pero también se encuentra Valdo López Rocha.

Muchos no lo sabrán, pero este extremo escuálido de raza negra y que muchos asemejábamos a Henry en su día, nació en una tierra de prosperidad, fría en la que se respira tizón y musgo mojado. Tierra en la que los valles y la altitud han hecho a sus gentes libres en cualquier contexto histórico que se precie. El carbón y la ganadería albergaban los quehaceres diarios y el calecho y la garrucha el ocio popular. Tierra en la que como diría el pintor Sierra cierras los ojos y por sus brañas pasean unicornios al galope. Muchos por suerte supimos respirar el madridismo desde esa lejanía con el rocío de las frías mañanas de postpartido. Entre ellos se encontraba este futbolista que no tuvo la suerte de cara en el club de sus amores. Me acusarán de no mencionar o acordarme de estos tres aspectos; el Levante, el futbolista y el Valle en el que nació. Que me perdonen,...Como venía escribiendo, muchas de las veces la primera premisa es la que no se nombra.  

Un abrazo

jueves, 20 de octubre de 2011

LEONARDO DA VINCI O UN ALBOROTADOR OFICIAL

Dicen que la Edad Media supuso uno de los periodos más oscuros, improductivos y estériles de la historia de la humanidad. Años inundados de grescas, esclavitudes y conflictos bélicos desde el ocaso del Imperio Romano. No se crean, pero cualquier institución o grupo humano atraviesa fases similares, y el Real Madrid no es menos. Porque el Real Madrid, todo se ha dicho, viene de un periodo el de los 90 y principios de siglo más que fructífero en todas las percepciones, no tan largo como el Romano, pero los ciclos en el fútbol no dejan de ser como una empresa punto com, más cortos y veloces.

Recibía el equipo merengue a uno de los históricos de la liga, se respiraba que la ciudad estaba impregnada de un color especial. Porque Sevilla, y más si cabe el Real Betis, tienen un color muy especial. Representan a un consumo tremendo y una gestión terriblemente nefasta para sus intereses. Es un equipo que permanentemente se ve tirado por todos y cada uno de sus aficionados que se ven en la obligación de amotinarse frente a la institución cuando ven que las cosas no se hacen bien. Algo que no ocurre en otros países, quizás sí en otros clubes de España como puede ser el glorioso Atlético de Madrid,  porque en muchos sectores de este país el futbol no es una cosa que se trate a vida o muerte, sino algo que va más allá. 

Y el Real Betis salió sin complejos en el Bernabéu, infundado en su camiseta verdiblanca ahogó al Real Madrid arriba, con el canterano Vadillo a la cabeza comenzó asaltar la portería blanca de forma inquietante. El Real Madrid se supo reponer, adaptándose a las características del rival, empezando a esbozar un fútbol que terminaría por perfilar en el segundo tiempo. Fue ahí, cuando al Real Betis se le cae la espada con la lesión de Vadillo y al equipo blanco se le aparece el resplandor diario comenzando a colgar balones por detrás de la línea de socorro, aprovechados muy bien por Cristiano Ronaldo y Pipa Higuaín. Curioso lo de este último, abre y cierra debates él solo, hace coincidir el momento en que se hace con la credibilidad del personal con el petardazo generalmente en un partido de alta enjundia. De ahí que este siempre obligado a renacer y ramonear el pan y la sal de la parroquia blanca. Porque no es la primera vez que leo a quienes asemejan a Higuaín con Raúl González Blanco o con el espíritu Real Madrid, valga la redundancia. Y en estas hay muchos puntos que no son ciertos, porque es de agradecer que Higuaín haya sabido absorber las pautas de trabajo y sacrificios propios de la casa, lo que ocurre que los resultados mandan siempre y no es lo mismo calcar muchos goles en muchos momentos sebosos, que un gol en momentos vigorosos. Benzema por el contrario carece de lo que le sobra al otro, pero aporta más juego colectivo entre líneas y sobre todo la capacidad para rebasar defensas en los momentos en que el Real Madrid se ve enjaulado. Y finalmente el Real Madrid se hizo con el partido, los tres puntos y la vista puesta en el Olympique de Lyon. Y en este partido el Real Madrid se viste de otro traje, esbozando otra disciplina distinta, desatascando a un equipo que con la salida de Juninho año tras año no hace más que bajar escalones. El partido termina con resultados y sensaciones similares a las del Sábado.

Porque el Real Madrid pretende ser un equipo polímata, manejar diferentes disciplinas artísticas para abalanzarse encima de rivales en función de las características del mismo. Resulta irónico que el referente de este loable intento sea su entrenador José Mourinho, una especie de León Batista Alberti precisando lo que debe ser el hombre Renacentista, en este caso con el fútbol. Pero no es cuestión de ofenderlo, de cara al personal es mejor no hablar de esto, no vaya a ser que se le caiga el habito de guerrero oficial, por eso sale en rueda de prensa desviando editoriales hacía otros campos. Presume siempre de ser un tipo que va de cara, y a mi juicio embiste de lado; que explique qué quiere decir con los equipos que tiene que buscar por internet y qué explique cuales equipos pueden sacar faltas rápidas o limpiar tarjetas, no responder a eso no es precisamente ir de frente. Mientras tanto, le perdonamos, no nos queda otra, y sobre todo desde aquí nos quedamos con el plausible intento de sacar al Real Madrid de su edad media creando un fútbol de renacimiento, total y dominador de diferentes vertientes, instrucciones, materias y ordenes.

Veamos si la cosa fructifica en resultados y no queda solo en un mero intento como le ocurrió al propio señor Alberti, arquitecto, filosofo, poeta, pintor y escultor, pero un avinagrado secretario del Papa al fin y al cabo, o en cambio un Leonardo Da Vinci, sobra explicar su trayectoria. El destino en este caso se encuentra en manos del portugués, el de ser un Leonardo Da Vinci, o por el contrario ser un alborotador histriónico que pretendió definir un fútbol nuevo,...Pero que se quedó en un alborotador al fin y al cabo.

Un abrazo

jueves, 13 de octubre de 2011

A Nosotros,...A Todos y cada uno de Nosotros. (CRÓNICA 12/07/2010)

Difícil plasmar hoy en la Crónica tanta alegría y regocijo. Quienes nos sentimos así, que somos el noventa por ciento de la población lo entenderán. Al resto, a quienes se les ha levanto una simple sonrisa, pero su pragmatismo y empirismo les impide alcanzar esa felicidad manifiesta, también los entiendo. Porque efectivamente, el futbol no deja de ser un acontecimiento trivial y una excusa para pasarlo bien, de la misma forma que otros disfrutan con la literatura, la pintura, la música, la tauromaquia o qué se yo. Pero afortunadamente en este caso, el futbol es un acontecimiento de masas seguido por mas de 700 millones de personas, y de donde se puede vender muchas actitudes, maneras, gesto y hechos. Y ayer un país de no mas de 50 millones de habitantes intento generalizar el ser Español y mostrar algo al mundo, a mi juicio bellísimo.

El partido estaba marcado no sólo por la presencia del debutante, España, sino también por la del contrincante que había jugado nada menos que dos finales seguidas con un juego bastante similar al nuestro actual. Pero los años pasan, debido quizás al desazón que supone no alcanzar la gloria anterior, Holanda no fue fiel a lo que planteaba en los años 70 y 80. Efectivamente, no era la Naranja Mecánica que nos contaban nuestros padres: la de Johan Cruyff, Neskens o Rep. Holanda llevó el partido a las trincheras, invadiéndolo de codazos, patadas y entradas de muy mal gusto. La actitud del árbitro en estos casos siempre he dicho que la entiendo, porque sorprendería a cualquiera, y siempre se intenta no ser el protagonista de la fiesta. España pese a eso vendió ese ademán al mundo de fidelidad a una idea, en este caso de futbol, pero bien la podríamos hacer extensible a cualquier otro ámbito, permítanme el atrevimiento. Siguió tocando, adueñándose del balón, protestando lo justo y aguantando estoicamente las tarascadas del rival, con dos motores de gran carburación Xavi Hernández y Andrés Iniesta, y con futbolistas como Sergio Ramos que no ceso de subir a la torre a intentar hacer sonar la campana. Suyas fueron las dos ocasiones del primer tiempo. 

En la segunda parte, sacamos un segundo motor, el de Cesc Fabregas y llevamos la intensidad del juego a la máxima potencia y bien podían haber caído un par de goles, contando con las paradas de Casillas, que consiguió vencer la presión mediática que justamente le asfixió al inicio del Mundial. El gol se hizo esperar, y estaba reservado para un auténtico genio, Andres Iniesta. Iniesta en este caso nos vende humildad, trabajo y la responsabilidad de estar en los momentos importantes, en los que se le necesita. Hombre de poblachón manchego e hijo de albañil, que representa ayer el sueno del "niño Español", meter el gol de la final de un Mundial. Pero Iniesta al igual que sus compañeros también vende el sentimiento de acordarse de los que podían haber estado y no están. España alza la Copa del Mundo de futbol, por primera vez en su historia y toda España se convierte en jubilo.

Porque España es un país especial, de historia y raíces muy profundas, mestizaje de culturas y lenguas que representa la propia idiosincrasia de ser español y que muchas veces nos es difícil representar, gestionar y costear. El triunfo de ayer es un resultado gestado por más de 100 años de trabajo en el juego futbolístico, por aficionados, periodistas, entrenadores y presidentes de todos y cada uno de los clubes de cualquier categoría. De todos aquellos futbolistas que lo han intentado con todas sus fuerzas y no han podido: bien sea Di Stefano, Paco Gento, Kubala, Amancio, Zarra, Luis Suarez, Zoco, Ramallets, Juanito, Santillana, Victor Muñoz, Camacho, Alexanco, Butragueño, al Dream Team, Pep Guardiola, Goicotxea, Salinas, Berigistain, Morientes, Hierro,...Y tantos y tantos otros. Va dedicado a los disgustos pasados, que también nos han hecho grandes, el codazo de Tasotti a Luis Enrique con el "pícala Salinas, desgraciado pícala!!", la tanda de penaltis contra Inglaterra, el infortunio de Zubizarreta, la bola a las nubes del penalti de Raúl o el atraco de Korea. Este triunfo tiene que ir dedicado a quienes han nacido aquí, a quienes recibimos de otros sitios, a quienes se van, a quienes se van y luego vuelven, a quienes nos visitan,...En definitiva a nosotros, a todos y cada uno de nosotros.

Un abrazo

lunes, 3 de octubre de 2011

LA EVENTUALIDAD Y LA CRISIS DE LOS ARTISTAS DE VIENA

Al final del siglo XVIII los músicos de Viena cayeron en una de las crisis más fuertes que se recuerda en el apartado artístico, el conflicto bélico entre Austria y Turquía ahogó la financiación del arte por parte de la aristocracia de la época y muchos de ellos no pudieron extraer todo el caudal cultural que tenían guardado. Porque ciertamente la eventualidad es uno de los máximos enemigos del artista, pensaba viendo los últimos partidos de un frondoso y dinámico Ricardo Kaka. 

Recibía el Real Madrid, a uno de los clubes más respetados de la Liga, RCD Espanyol de Barcelona. Un club de sentimiento especial que convive en un territorio que cada vez le es más hostil. No por su historia reciente ni pasada, ni si quiera por su ideología, ideario o valores, algo de lo que algunos no paran de atiborrarnos siempre y cuando llenen sus vitrinas de laureles y la justicia les vaya de cara, sino por el nombre de bautizo que se empleó para diferenciarlo de los otros clubes de fútbol fundados por extranjeros y que nacieron en la ciudad condal, tipo Europa, Sabadell o el propio FC Barcelona. De sobra saben, el respeto y la admiración que se le tiene en La Garita de Concha Espina. Y el Real Madrid por su parte salía con un esquema de juego más brotado, centro del campo para Xabi Alonso con el dromedario correspondiente, las alas para Ozil y Cristiano Ronaldo, en punta Pipa Higuaín y el centro del campo para el susodicho, Ricardo Kaka. El ataque del Real Madrid se basó en la movilidad de dos avispas que pululaban juntas y verticalmente por el campo, en búsqueda siempre del dos contra uno y la salida rápida de balón hacía los hombres de dinamita, Cristiano en estado low e Higuaín en estado high. Demasiado para el Espanyol, que se vio siempre en la obligación de achicar espacios e incendios frente a la velocidad infernal de Ozil y sobre todo de Ricardo Kaka. Primer gol de jugada de pastor, en donde Pipa Higuaín no perdona, el Espanyol salió respondón y es en la segunda parte cuando se finiquita el partido tras pase nacido de una rendija y remate del Pipa, allá al otro lado, donde duermen las marmotas. Se reabre el debate entre Benzema e Higuaín. Quedó tiempo para ofrecer el reconocimiento y las buenas maneras del equipo contra el rival. Callejón en su primer gol oficial con el equipo de sus sueños, no tiene otra respuesta que la de pedir perdón al equipo de su vida, aunque en estos casos es más correcto un mensaje de agradecimiento. Las gracias que tiene el presidente en unas declaraciones de masaje del teniente general José Mourinho hacía su supuesto jefe. Todavía vienen a la mente la merluza de la asamblea de compromisarios que iremos remitiendo por capítulos. Otra de las frases celebres fue: "José Mourinho nos abrió los ojos porque es un entrenador que defiende al Real Madrid". Mi pregunta sería, ¿nadie hasta la fecha lo había hecho?, ¿otros técnicos elegidos por él mismo en años anteriores no lo hicieron? ¿Qué opinión le merecen entonces entrenadores elegidos durante su mandato como Carlos Queiroz, José Antonio Camacho, García Remón, Vanderlei Luxemburgo, Juan Ramón López Caro o Manuel Pellegrini? Convendría explicarlo. 

Por su parte el FC Barcelona llegaba a Gijón, ciudad y campo para nada hostil, en este caso no derivado tanto de una relación histórica entre clubes sino de una relación de cama sin cuartel entre Josep Guardiola y Manolo Preciado. Algunos les cansa por su ostentosidad innecesaria y otros lo vemos como una terapia por la cual compartir odios hacia elementos comunes; Mourinho en este caso. El Sporting de Gijón, un equipo glorioso, la pasada temporada juez y parte de la liga, como aficionado neutral preferiría verlo en otras lidias, jugando en UEFA o peleando por la Liga que en su día hizo, hay que recordarlo. Pero a los suyos les agrada verlo hacerle la pinza a "los de la capital” o enredando en los destinos de los grandes, aunque sigan peleando por no bajar. Sea como fuere no desciende, el estadio se llena y mientras que la cacha aguanta el equipo da que hablar. El Barça salió entonado, sobando el balón, aunque alejado del marco contrario. El rival por su parte, hizo un partido digno, aseado en defensa aunque inoperante arriba. Gol tempranero y vuelta a la madriguera de la posesión, sin apenas más llegadas al área o remates a puerta. Entre medias se va al limbo un penalti a Messi, el tercero en lo que va de mes, dicen, y la correspondiente réplica de Guardiola en rueda de prensa. "Los arbitros de primera división tienen que saber que Messi no se tira en el área",...Jurisprudencia tácita que exige Guardiola a los árbitros. Como ven el técnico manda deberes al cuerpo arbitral para la siguiente jornada, al margen de saber el reglamento y aplicarlo,...Afortunadamente no dijo lo mismo para Sergio Busquets o Pedro, a algunos nos hubiera ofendido ciertamente. Reconocerán que la perla no está nada mal para alguien que se define así mismo como el representante de un club que no habla de los árbitros jamás. 

FC Barcelona líder de la Liga, manteniendo el golpe de pedal firme, junto con un Levante colosal que aprovecha la zozobra madridista para darse un barniz de moral. Pero permítanme que me quede con la vuelta de Ricardo Kaka a los ruedos, muchos no confiaron en terceras nupcias, me sumo a ese carro. Como muchos tampoco creyeron en el regreso tras la crisis que sufrieron los músicos de Viena en el Siglo XVIII. De esa camada de artistas revivió uno de ellos por encima de otros; Amadeus Mozart, que venciendo a la eventualidad en épocas tardías logró poner en órbita obras como "La Flauta Mágica" o el "Requiem en Re menor". Ojalá fuese algo profético con Ricardo Kaka. 

Un abrazo.