A punto de culminar la temporada y comenzar la época estival, en lo que respecta a esto del fútbol, todavía queda el fruto más preciado y jugoso del año, que no es otro que la Champions League. En estas se encuentra el Barça y el Manchester United, aunque este año más que nunca el reparto comenzó en la antesala a la final. El ruido acaecido los días antes al encuentro, durante y después no ha tenido parangón, todavía a día de hoy los ecos de los aullidos de ese rally de cuatro derbis hacen más ruido que los propios de la final en cuestión. Manchester United, un equipo que a base de internacionalizar su imagen, de realizar fantásticas captaciones de futbolistas y todo ello sazonado con ingredientes pacientes de la mano de Sir Alexander Ferguson ha sabido crecer, primero desde su históricos mandatarios y más adelante, viendo el pastel, participado por diferentes inversores estadounidenses. Quizás el Manchester United es el club que está aguantando mejor la puja con un modelo que ingresa más de lo que gasta, frente a otros como el Madrid, Barcelona o Chelsea que gastan mucho más de lo que ingresan,...Y lo que se avecina con el galope de faroles sin renombre como el Manchester City o diferentes equipos rusos parece aún peor. Todos son cábalas y juicios infundados, y es algo que no podríamos saber, pero el reparto de esta Champions League tuvo el fragor de la batalla en la eliminatoria anterior, y la final del Sábado no tendría que dejar de ser un puro tramite. Es difícil convencer al aficionado del Madrid de esto, pero la imagen merengue saldría mucho más fortalecida tras una victoria incontestable culé que con una del equipo inglés, principalmente porque todo lo anterior se podría llegar sostener, aunque en este caso los más bajos instintos cainitas siempre tiran para el otro lado.
En lo que respecta al campeonato doméstico, la vidilla la centró el puesto de descenso y la consecución del pichichi. Respecto a lo que más importa, la imprudencia de unos pocos castigó a muchos aficionados. Sigo sin explicarme como el Mallorca se puso a comer sopas en el filo de una navaja, sin ningún tipo de precaución, reparo, ni concentración. A cinco minutos del final, se estaba jugando la permanencia en un acto que parecía que no tenía que ver con ellos, por lo que respecta a su afición el mismo rostro impávido de siempre, ya sea estando a un punto de la permanencia, a un punto de la Champions, quedando tercero en la competición, jugándose la final de un Recopa, Copa del Rey...Da igual, lejos del nerviosismo, de la alegría, la tragedia o la euforia del sentimiento. Todavía me cuestiono, además de para pasar la tarde, para qué acude el aficionado a Son Moix, tirando de catalejo para ver a su equipo separado por una kilométrica pista de atletismo. Finalmente este se salva, a costa del Super-Depor, equipo que se ganó la simpatía de todo aficionado allá por los años 90, en base a una política austera, sentido común y como no, gotas de suerte consiguió llegar a la cima del fútbol nacional, suyas son dos Copas del Rey, una Liga, un subcampeonato y un coqueteo con los grandes en semifinales de Champions. Lo que ocurre que este equipo sigue viviendo de épocas pasadas, el fútbol es muy competitivo y la incapacidad creativa le ha llevado a las mazmorras. Y en estas, tres en discordia, Getafe, Real Sociedad y Zaragoza. El primero un equipo muy similar al propio Depor de los 90, pero con la ventaja competitiva que le da habitar cerca de un territorio de consumo futbolístico fuerte, potencia ibérica, donde poder incubar jugadores de canteras tan potentes como la del Real Madrid o Atlético de Madrid. Con un respaldo de seguidores que tiran por dos sendas diferentes, los primeros y más importantes los que le siguen desde el futbol de tercera sufriendo y disfrutando con el crecimiento del club, y los segundos aficionados merengues, colchoneros o cules gustosos de ver a low cost fútbol de primera división, los verdaderos mercenarios del fútbol para el Getafe son estos últimos. El resto Zaragoza y Real Sociedad, clubes con solera que no están sabiendo adaptarse a los nuevos tiempos y seguirán sufriendo en temporadas siguientes.
Se pone fin a la temporada, y con ello entran en ebullición dos cazuelas pendientes. Agüero y Valdano. El primero sabido por todo el mundo. Desde fuera, el Atlético de Madrid se ve como un batallón de fieles seguidores donde los operadores logísticos y generales, se van llevando el patrimonio del club y con ello las ilusiones de todo la familia rojiblanca, mientras que les lanzan una campaña de engaño y falsas esperanzas, que llega un punto que hasta ellos mismos se lo creen, una espiral de locura e ingenuidad que da verdadera lastima. Aviso a la tribu india, con este modelo organizativo y con los que mandan ahora mismo, el cien por cien de los que entren querrán salir a otro club al mínimo reconocimiento personal que cosechen, Real Madrid o FC Barcelona. Y en este grupo se encuentran todos, Agüero, que esta trazando una estrategia sibilina de escape, Forlán tonteando sin cuartel en Concha Espina vendiéndose muy barato, De Gea que se ha ofrecido al primero que pasaba, Cerezo si el Real Madrid lo quisiese para hacer películas ahí estaría, o Gil Marín si el Barça requiriese de sus servicios para vender fincas,...Todos menos el colchonero de a pie que iba con su abuelo al Metropolitano y ahora va con su hijo al Calderón.
Y Valdano,...El hombre de la eterna corbata y bella palabra, se ha sabido mover siempre muy bien, defendiendo su imagen y valores, muy dignos, pero nunca representó al madridismo en cuestión, nunca represento al socio, su fidelidad se movía entorno a sus intereses y lealtad a Florentino Pérez. No aportó nada, sus decisiones no serán valoradas ni para bien ni para mal, se le contrató como valedor de Pellegrini y en el momento en que este se cae el mismo se tendría que haber tirado al río con él. Mourinho pone sobre la mesa una temporada en la que se luchaba por tres títulos, los tres igual de difíciles e imposibles, se consiguió al menos llegar a donde se exigía, a la trinchera del Barça, de cinco partidos se empataron dos, se gano uno y se perdieron otros dos. Esta claro que lo que mueve la historia será la Liga y la Champions, pero la Copa, esta Copa del Rey en concreto es valiosísima para el Madrid, lo que nos lleva a puntuar la temporada de forma positiva. Y el madridista y socio esta en la libertad de hacerlo, sin ofender a nadie, en la transparencia de estar orgullosos de su equipo, de su club y de pertenecer a lo que pertenece. El próximo año será otro año, pero la senda debe ser la misma, que remen unos a otros con los elementos que aporten valor al guiso,...Valdano ya no lo aportaba y por eso esta fuera. El conflicto seguro que continuará, desde los medios de comunicación donde el bueno de Jorge tiene tanta mano,…No le deseo lo mejor, porque seguro que en ese campo le irá bien y yo me alegro, que lo escuchen, el problema del que escribe es que cuando habla se hace el sordo.
