martes, 17 de mayo de 2011

De la nulidad de la primera parte, a la hemorragia de la segunda (CRÓNICA 28/4/2011)

Crónica de Champions League. En realidad los focos un día como hoy no están muy claros hacia donde apuntan, si a la cantada del gallo que pegó Josep Guardiola, si a la traca final que le soltó José Mourinho o si a la actitud de ambos equipos en el campo. Saltaban ambas piaras al césped, de hierba alta, cada uno pone las inclemencias que desea y con aforo lleno. Bien es cierto que el partido hubiese sido el mismo con aforo lleno que sin él. Un respeto tan atroz entre ambos dio lugar a una primera parte donde abundó la nada.

La misma estrategia por parte del Real Madrid que la de la final de Copa del Rey, pero otra actitud del FC Barcelona. Una actitud desconcertante, a la espera, a la reflexión con el balón en los pies en su campo. Acumulando futbol bonito, es decir posesión, con el balón atrás, en el área propia, más del ochenta por ciento de la posesión en las medianías propias y centro del campo. Fútbol que gusta mucho, como la poesía de Manrique o la escritura de Umbral, preciosista en su lenguaje pero en la que muchas veces no se dice nada. Y en realidad eso fue la primera parte, una nulidad total, una pírrica ocasión del Barça y una aún más pírrica de Cristiano Ronaldo. 

Por su parte el Real Madrid jugó aturdido, a la espera del ataque rival, que no llegaba, se veía obligado a tomar la iniciativa y eso le asfixia ante un rival de esta enjundia. Parecía que podía, pero por un lado le pesaban las convicciones que tenia tatuadas a fuego. El Real Madrid frente a un equipo así es un equipo tiburón, que cuando ve sangre y le atacan responde al sometimiento e intenta siempre ir al choque, al cuerpo a cuerpo de cada jugada de ataque.  Si al Madrid se le ofrece equidistancia, ataque fugaz y se le cambia el plan pierde las ideas. El FC Barcelona hizo su juego psicológico en el campo, le retrató en la primera parte, y le plasmó sus más bajas miserias, que no son otras que la falta de iniciativa propia, le obligó a tomar decisiones más de allá de lo previsto y el Real Madrid no supo asumir el reto que le lanzó el Barça.

A destacar queda la tangana del descanso, demostración de la fuerza que tuvo el choque sin balón en juego o con micrófonos de por medio y la parsimonia que tuvieron con el balón en los pies y de cara a gol. En estas, el mejor de ambos equipos cogió el balón, ancha es castilla e hizo lo suyo, lo propio de uno de los mejores jugadores de la historia. Un punto a destacar en la segunda parte, y que no se me moleste nadie, la expulsión de lo que se llamó el antídoto culé, futbolista que tiene ya la fama cargando la lana o no, tras haber hecho ayer dos faltas, a la tercera fue la vencida. Escriba lo que escriba al respecto el resultado es inamovible, será y es de 0-2, cada uno verá el percal en función a su parcialidad, o quizás no lo vea y se limite a celebrarlo, servidor es lo que suele hacer en estos casos. El fútbol no es un deporte donde las cosas se vean con objetividad y reflexión, ni falta hace que sea así, quizás el paso del tiempo nos permitirá verlo con más claridad.

De lo que os estáis imaginando ahora, no merece la pena por tanto comentar, son juicios que no llegan a nada.

Lo que si debe pedir el madridismo es rebajar la intensidad de las declaraciones cuando se habla de las altas esferas, de los que mandan y de los que mueven las redes de pesca. Al igual que Josep Guardiola estos también pueden hacer cantar el gallo, son seres humanos y la paciencia de todo hombre tiene un límite. Lo que ocurre que la respuesta de los que mueven las redes es silenciosa pero implacable. Y sinceramente, viendo la cara de los madridistas y la de la propia persona que las realiza, no parece que estén cortando la hemorragia,…Al contrario, lo único que se ve es como algunos se recrean cada vez más en este circulo.

Un abrazo a todos, y enhorabuena a los culés.

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