Las entradas de año son los momentos que muchos utilizan para hacer balance de sus posiciones, de sus ideas, de su futuro, de sus planes y de sus proyectos. Una forma de tomarse un respiro en el camino y cuestionarse la forma de recorrerlo o en el peor de los casos el destino emprendido. En realidad no tiene porque hacerse al principio de cada año, el concepto espacio tiempo es algo lineal sin cortes y lo demás es convenio establecido por unos monjes. En este caso ambos puntos han coincidido, el principio de año con el respiro en el camino.
La Garita de Concha Espina está abierta al público, a interactuar con sus lectores que son muchos y buenos, cualquier crítica es bien recibida y sobre todo agradecida. Algunos han aconsejado que se cambie de lenguaje, que se vaya más a la brocha gorda y que más o menos se haga una especie de réplica de lo que diariamente se lee por cualquier templete. Que me disculpen pero no va a ser así, porque en jornadas como hoy La Garita de Concha Espina está por encima de todo esto.
El FC Barcelona visitaba Cornellà El Prat, visitaba a sus propios miedos y vergüenzas, porque efectivamente su fornitura que es extensa y larga ha ahogado a un equipo que año tras año no deja de dar cátedra sobre lo que es competir, jugar y sobre todo vivir el fútbol en un territorio y ecosistema que le es claramente hostil. Porque el FC Barcelona cuando entra en la Avinguda del Braix presiente que los que por allí andan no van dorar la píldora a nadie, ni a ver a The Rolling Stones, van a competir sin complejos y con una cantera, unos valores, tan decentes y aseados como los de cualquier otro equipo. Salía el Barcelona, al Fútbol Club me refiero, con ese nuevo concepto que ha desarrollado Pep Guardiola de falso nueve, aunque seamos francos Messi de falso no tiene nada. El FC Barcelona anda escaso de artillero, pero visto el juego que despliega acordonando el medio del campo y enjaulando a los rivales en su propia tela de araña es como requerir de un fontanero en el Sahara. Y el partido se le puso de cara al Barça, haciéndose con el balón, muchos quizás ya lo han sufrido; Didac, Jordi Amat o Raúl Rodríguez se han visto en estas más veces, no les es nuevo, en infantiles, juveniles,...Han crecido en partidos de esta enjundia. Otros equipos se hubieran venido abajo, otros en cambio atisban antes del propio partido que la derrota es algo segura. El Espanyol juega en otra liga y su entrenador ha sabido leer el ADN de esta institución, son catalanes, no tienen más huevos que otros, lo que hacen lo miden en el tapiz verde y no en los exabruptos que sueltas en una rueda de prensa chápela en mano. En el Espanyol no hay paletos, dignifican el fútbol de ahí que en una época tan devastadora de los culés, sea el equipo que más puntos le ha despojado, un total de 14, robándole 88 balones en todo el partido. El segundo tiempo fue otra copla, Leo Messi perdió fuelle y Xavi tuvo problemas para contener el juego, el Espanyol de la mano de Verdú, Álvaro y Javi López llevaron los designios del juego a su terreno. Este año son estos, hace años fueron Javi García, Callejón, Velamazán o Raúl Tamudo,...Da igual, el duende no cambia. Es en el minuto 40 cuando un testarazo de Álvaro pone las tablas en el marcador y acorta el tiempo de reacción del Barça. El Espanyol las volvió a tener, se siguió lanzando arriba, y el Barcelona intento limpiar el traspiés. La tuvieron los blaugrana en un disparo de Pedro, repelido por una mano clara de Rodríguez, penalti y expulsión.
Y ahora con razón el aficionado del Barcelona puede clamar contra los que han hablado de los árbitros, pero ahí es donde La Garita de Concha Espina está por encima y sinceramente le resbala todo esto. Este no es el lugar, ya que en ningún momento se ha replicado aquí el panfletario ideológico patrio, no se habla de que seamos libres o no, no hay que ser presuntuosos en este aspecto, pero el análisis siempre ha ido por otras sendas, y ni a principio ni a final de año se ha variado la deriva. Se podrá decir más bonito, más claro, mas alto, con más o menos tino, pero la excusa arbitral, la suerte y el azar lo dejamos para otros. Mientras tanto, se preguntarán ¿he aquí otra oda al Espanyol?
En su día se escribió,.."...el RCD Espanyol se entiende en la ciudad condal como un club con un profundo sentido político y cultural. Un sentido político lejos de la caspa que muchos creen, que se funda en lo que era una de las ciudades más cosmopolitas de Europa (hoy lamentablemente ya no le queda ni el cosmos) en 1900, de mano de universitarios españoles de Barcelona, de Andalucía, de Asturias, de Castilla, de Madrid,...Como contra punto al otro equipo de la ciudad fundado por suizos. Y cien años después ahí sigue, el sexto equipo con más aficionados de toda España, con un estadio nuevo y presumiendo de historia, de palmares, de forma de ver el futbol y de enfrentarse a rivales más fuertes que él sin complejos de las encerronas institucionales y tratos sociales que se le puedan hacer en una región marcadamente hostil para ellos. Es el Reial Club Deportiu Espanyol de Barcelona, síganlo y lean su historia porque siempre está ahí y no se cansará de estarlo..." …Que así sea por muchos años, y que un servidor lo pueda escribir, sin alejarse de sus más profundos afectos y convicciones.
Un abrazo.
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